El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta principalmente al movimiento. Aunque muchas personas lo asocian con los temblores, lo cierto es que esta condición puede manifestarse de distintas formas. De hecho, existen diferentes tipos de Parkinson, y conocerlos es clave para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Hoy te proponemos conocer de manera clara y cercana, cuáles son las dos clases más comunes de Parkinson, cuáles son sus principales diferencias y cómo afectan a quienes las padecen.
¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
Antes de abordar los distintos tipos, conviene recordar que el Parkinson es un trastorno neurológico que se produce por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas en una zona del cerebro llamada sustancia negra. La dopamina es un neurotransmisor esencial para el control del movimiento, y su deficiencia da lugar a los síntomas característicos de la enfermedad.
Entre los síntomas más habituales se encuentran:
- Temblores en reposo
- Lentitud de movimientos (bradicinesia)
- Rigidez muscular
- Alteraciones en la postura y el equilibrio
- Cambios en la expresión facial y la escritura
Aunque estos signos son comunes, no todas las personas con Parkinson los experimentan de la misma manera, lo que ha llevado a la identificación de distintos subtipos clínicos.
¿Existen dos tipos de Parkinson?
Sí, en términos generales, los especialistas suelen distinguir dos formas principales de la enfermedad:
1. Parkinson tembloroso o dominante en temblor
Este tipo es el más conocido por el público en general. Se caracteriza por la presencia evidente de temblores en reposo, especialmente en las manos, aunque también pueden afectar a la cabeza, la mandíbula o las piernas.
En este subtipo, los temblores suelen ser el síntoma predominante, mientras que la rigidez y la lentitud de movimientos son más leves o se presentan de manera progresiva.
Características clave:
- Aparición temprana de temblores
- Evolución más lenta
- Mejor respuesta a la medicación
- Mayor independencia funcional durante más años
Este tipo de Parkinson puede ser más fácilmente reconocido desde el inicio, lo que facilita un diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz.
2. Parkinson rígido-acinético (o sin temblor)
En este segundo subtipo, el síntoma dominante no es el temblor, sino la rigidez muscular y la bradicinesia (lentitud en los movimientos). Es común que estas personas no presenten temblores o que estos sean muy leves.
Debido a que la enfermedad se manifiesta de manera más silenciosa, este tipo suele diagnosticarse más tarde y, en ocasiones, se confunde con otras afecciones del sistema musculoesquelético.
Características clave:
- Lentitud y torpeza al moverse
- Mayor rigidez en extremidades y tronco
- Postura encorvada y pasos cortos
- Mayor impacto en la autonomía desde etapas tempranas
Además, este subtipo se asocia con más frecuencia a síntomas no motores, como trastornos del sueño, depresión o dificultades cognitivas, lo que puede requerir un enfoque terapéutico más integral.
¿Por qué es importante distinguir los tipos?
Identificar si una persona tiene un Parkinson de predominio tembloroso o rígido-acinético ayuda a personalizar el tratamiento y prever la evolución de la enfermedad. Algunos fármacos, por ejemplo, tienen mejor efecto sobre los temblores que sobre la rigidez o la lentitud de movimientos. Asimismo, el tipo de Parkinson puede influir en la elección de terapias complementarias, como la fisioterapia, la logopedia o incluso el diseño de programas de actividades cognitivas y sociales en centros de día especializados.
¿Cómo se diagnostica el tipo de Parkinson?
El diagnóstico lo realiza un neurólogo, a través de la observación clínica, la historia médica y pruebas complementarias como la resonancia magnética o estudios de medicina nuclear (DaTscan). Sin embargo, el diagnóstico es esencialmente clínico, basado en los síntomas que presenta la persona.
En algunos casos, también se evalúa la respuesta al tratamiento dopaminérgico, lo que permite confirmar la sospecha y ajustar el enfoque terapéutico.
En VitalAstur, como centro de día en Gijón especializado en el cuidado de personas mayores, trabajamos con profesionales capacitados para detectar estos matices y diseñar actividades terapéuticas adaptadas a cada caso.
Si tienes dudas sobre esta enfermedad o necesitas orientación sobre el cuidado de un familiar con Parkinson, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para ayudarte.
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